Informe Técnico ENFEN Año 6 N°12, 2020

Abstract

En diciembre de 2020, en el Pacífico ecuatorial central (región Niño 3.4) las anomalías negativas de la temperatura superficial del mar (TSM) disminuyeron en magnitud, de −1,3 °C a −1,0 °C. En la región Niño 1+2, que incluye la zona norte y centro del mar peruano, a pesar que se apreció una intensificación de la anomalía negativa en la última semana de diciembre, el promedio mensual se mantuvo en −0,7 °C, similar a noviembre. En niveles bajos de la tropósfera y sobre el Pacifico ecuatorial occidental y central, se detectaron vientos anómalos del este; mientras que en el sector oriental se presentaron vientos anómalos del oeste hacia finales del mes. En niveles altos de la tropósfera, entre los 160°W y los 120°W, predominaron anomalías del oeste; mientras que, sobre el continente, persistieron los vientos anómalos del este, que incidieron sobre la región norte del Perú. El grupo de ondas Kelvin frías, que se originaron entre setiembre y octubre, continuó afectando el extremo del Pacífico oriental y la costa peruana. La onda Kelvin cálida que se ubicaba en 120°W a fines de noviembre, habría iniciado su llegada a la costa peruana con una magnitud débil a fines de diciembre. El nuevo paquete de ondas Kelvin frías, que fuera detectado en noviembre, se ubica actualmente a 140°W. A escala regional, el Anticiclón del Pacífico Sur (APS) continuó, en promedio, desplazado hacia el sur de su posición habitual con un núcleo intenso, manteniendo la configuración zonal que exhibe desde hace varios meses. Esta configuración propició un debilitamiento relativo de los vientos del sureste frente a la costa peruana. En el litoral, las condiciones frías dominaron durante diciembre y se intensificaron hacia finales de mes, con anomalías diarias de TSM de hasta −3 °C, enfriamiento que alcanzó la franja de 50 m.n. adyacente a Paita. En cuanto a las masas de agua, las aguas subtropicales superficiales (ASS), cálidas y salinas, se mantuvieron próximas a la costa en la zona central durante diciembre, aunque no tanto como lo observado en noviembre, mientras que las aguas costeras frías (ACF), propias del afloramiento costero, predominaron desde Callao hasta el sur, en la franja adyacente a la costa, similar al mes de noviembre. En la capa subsuperficial, continuaron predominando las anomalías negativas frente a la mayor parte de la costa. Dentro de las 120 millas náuticas adyacentes a la costa norte, el enfriamiento anómalo fue el más intenso, el cual alcanzó núcleos de −3,0 °C dentro de los primeros 50 m de profundidad al final del mes, lo que estaría asociado al paso de ondas Kelvin frías. La concentración de clorofila-a (indicador de la producción del fitoplancton) varió mayormente entre 1 y 3 μg L-1 a lo largo de la costa, alcanzando valores de 10 μg L-1 dentro de las 30 millas náuticas. Esto representó una disminución respecto de noviembre, en promedio, aunque aún por encima de su promedio mensual para la franja de 100 km frente a la costa, entre Talara y San Juan de Marcona. En el aspecto biológico-pesquero, la anchoveta se distribuyó desde Paita hasta Bahía Independencia, con predominancia de individuos adultos al norte de Chimbote, y de juveniles, desde Huacho hasta Bahía Independencia. Los indicadores reproductivos de la anchoveta del stock norte-centro evidenciaron la preparación del desove secundario de verano. El jurel y la caballa estuvieron disponibles para la flota artesanal, principalmente dentro de las 80 millas náuticas en la región sur, asociadas a la continuidad de las ASS cercanas a costa y la mezcla de estas con las ACF. En el aspecto hidrológico, los caudales de los ríos de la costa norte presentaron un incremento constante y muy significativo sobre su normal, reflejándose en el volumen almacenado de los principales reservorios, mientras que los caudales de los ríos de la costa centro y sur permanecieron dentro de sus valores normales. En la región del Altiplano, los caudales de los ríos se encontraron por debajo de lo normal. En los aspectos agrometeorológicos, en la costa norte, la prevalencia de temperaturas diurnas dentro de su rango normal de variabilidad favoreció la maduración del mango en valles productores de Piura y Lambayeque. Por otro lado, en los valles arroceros de Lambayeque, las temperaturas máximas con valores cercanos a su normal promovieron el avance de las fases vegetativas de los almácigos. En la costa sur, en la localidad de la Yarada (Tacna), se observó frutos del olivo con mayor crecimiento con respecto a los años anteriores, producto de la prevalencia de noches frescas. Se espera que la magnitud de La Niña en el Pacífico central cambie a una condición débil para febrero y tienda hacia una normalización en el otoño de 2021.